Un grupo de docentes impulsa desde hace dos años un proyecto ambiental que combina reciclaje, concientización y trabajo comunitario. La propuesta, que comenzó en el Colegio del Huerto, llegó ahora a la Escuela Ramón Acosta de Jesús María, donde se construyeron bancos y mesas utilizando botellas plásticas rellenas con residuos secos y compactados.
La iniciativa, liderada por Claudia Celiz, junto a Betiana Robledo, Romina Castro Ruiz y Belén Cresta, nació con el objetivo de reducir el impacto ambiental y promover la reutilización de residuos. La experiencia ya fue replicada en el Colegio Sarmiento, donde el material reciclado fue transformado en mobiliario para los estudiantes que asisten al comedor escolar.
Durante las vacaciones de invierno, las familias colaboraron desde sus casas rellenando las botellas con papeles, bolsas y plásticos. Luego, se organizó una jornada de trabajo en la escuela, en la que padres y madres participaron en el armado de los bancos, aplicando técnicas de albañilería para fijar las botellas en cajones de MDF con cemento y refuerzos metálicos.
Además del mobiliario, el proyecto incluyó la elaboración de folletería con mensajes sobre el cuidado del ambiente, diseñados por los propios alumnos, y la entrega de plantines como símbolo del compromiso ecológico.
La iniciativa busca expandirse a otros establecimientos educativos y centros vecinales de Jesús María. Desde el grupo impulsor remarcan la importancia de trabajar la conciencia ambiental desde la infancia, ya que son los niños quienes más rápidamente incorporan hábitos como la separación de residuos y la reutilización.