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Causa ex cura Párroco: hay probabilidad suficiente de los abusos pero se archiva investigación por incapacidad del imputado

El Vaticano ya había expulsado como sacerdote a Julio Aguirre. La causa judicial continuaba por la denuncia penal de un hombre y una mujer. La fiscalía de Jesús Maria emitió dictamen archivando actuaciones por no poder el acusado comprender la criminalidad del acto por su estado de salud. Una de las víctimas compartió una carta sobre el proceso vivido.
Compartilo con alguien:

Carta de la primer denunciante:

Hoy quiero compartir con ustedes algo muy importante para mí. En estos días hubo una resolución en mi caso contra el Sr. Julio Cesar Aguirre, quien abusó de mí hace 27 años cuando él era sacerdote. Esta resolución detalla lo que sucedió.
Como persona de fe y trabajadora de la salud, siento la necesidad de hablar sobre esto para prevenir que otros sean víctimas de abuso de poder, especialmente abusos sexuales. También quiero aclarar cualquier duda que pueda surgir sobre lo que pasó.
Sé que puede ser difícil creer que esto ocurrió, ya que es incómodo pensar en que alguien pueda ser tan perverso. Especialmente cuando esa persona parece ser buena en otros aspectos de su vida.
Para quienes hemos sido víctimas de este tipo de acciones, denunciar es muy difícil. Sabemos que seremos juzgados y señalados como mentirosos o exagerados. Además, enfrentamos una carga emocional muy grande.
Yo esperé muchos años antes de poder denunciar. Tenía miedo de que no me crean. Pero finalmente decidí hablar, porque creo que solo la verdad puede traer justicia y paz.
Cuando presenté mi denuncia a la Iglesia católica, el Vaticano tomó medidas y expulsó al Sr. Julio Cesar Aguirre de su posición como sacerdote. Esto fue un alivio para mí. Pero la noticia no se difundió correctamente en mi parroquia, lo que causó confusión entre los fieles.
Seguí adelante con la denuncia para buscar justicia para mí y mi familia, y para alentar a otras posibles víctimas a que también denuncien si han sido abusadas. Mi mensaje es que debemos luchar por la verdad y proteger a los más vulnerables.
Hago un llamado a la solidaridad de todos ustedes:

  • Escuchen a los niños y jóvenes.
  • Infórmense sobre el abuso sexual.
  • Si alguien les cuenta que fue abusado, créanle y apóyenlo.
    Si la sociedad no apoya a las víctimas y justifica la violencia, los abusos continuarán. Es importante recordar que la mayoría de los sacerdotes no son abusadores. Pero las instituciones religiosas deben tomar más precauciones para prevenir estos casos.
    Espero que mis palabras ayuden a entender el sufrimiento de las víctimas y nos animen a todos a denunciar lo que está mal y luchar por la verdad.
    Gracias por escucharme,
    María

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