AUDIO | Rafael Di Marco, papá de Mariana y técnico en meteorología
«Hay fechas que son las más duras de todas. Recordarlas hace bien y hace mal», comenzó el relato Rafael. En lo negativo, la ausencia se hace más palpable sobre todo en el caso de los Di Marco ya que la crecida en la zona de Ascochinga ocasionó la muerte de su hija Mariana, de 21 años.
Su papá afirma que también encontró algo positivo en medio de la tragedia, halló las «fuerzas» para ayudar a los demás y propulsar cambios en los sistemas de prevención de desastres ambientales.
Para ello, se recibió de técnico en meteorología «para brindar un servicio para la gente común». A siete años de aquel entonces, analizó qué cuestiones han mejorado y cuáles no.
«Hay un avance pero hay un retroceso», sostuvo. Dentro de los objetivos logrados está la instalación de estaciones metrológicas y alert en diversos puntos de las cuencas para medir el crecimiento del caudal ante la caída de precipitaciones.
En la vereda del frente, las alertas tempranas que incluyen sirenas a la vera del río poseen un mantenimiento «nulo» sumado a que el sonido durante fuertes tormentas «no lo siente nadie». Además, no hay personal destinado a la interpretación de los datos que se generan desde los dispositivos.
Consultado sobre qué le genera muchas veces la falta de respuestas, explicó que duda de la política y sus dirigentes: «Si antes no creía, ahora creo menos. Antes de una tormenta fuerte te llaman para preguntarte cómo la ves pero el tema es cómo hacerle un seguimiento y para eso no hay nadie».
Imagen portada: Colectivo Manifiesto