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En primera persona: sobrevivió un ataque británico en Malvinas

Miguel Echeverria formó parte del Escuadrón Alacrán y en un vuelo de infiltración fueron derribados por un misil pero vivió para contarlo.
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AUDIO | Miguel Echeverria, ex combatiente

A sus 68 años, Miguel está retirado y vive en Santo Tomé, Corrientes. Casado y con dos hijos, uno de ellos eligió la misma carrera que su padre: ser gendarme. Detrás de él, hay una historia digna de una película que supera ampliamente la ficción.

En 1975, se incorporó a Gendarmería Nacional y en el camino cumplió tareas en Rosario, Córdoba, Chubut, entre otros. Justamente en la provincia del sur recibió la notificación de que partía hacia la guerra. Dos días antes había nacido su primera hija.

«Lo que más importa como argentino es defender la patria en cualquier momento y bajo el costo que sea», afirmó.

Ya en las islas compartió experiencias con el suboficial Ramón Acosta dentro del Escuadrón Alacrán. Al segundo día, recibieron la orden de volar hacia territorio enemigo en helicóptero. Echeverre recordó que un misil impactó contra la aeronave que empezó a caer mientras golpeó la punta de un cerro.

Salió despedido y con lujo de detalles narró esa secuencia que le daría luego una segunda oportunidad en la vida. Con su pie atrapado, desesperado intentaba librarse mientras intentaba comprender qué había sucedido.

«Miro hacia arriba y el helicóptero se venía cayendo encima mío en cámara lenta», rememoró.

Allí comenzaron a aparecer entre los escombros el resto de sus compañeros y se multiplicaban los pedidos de ayuda a contrarreloj por el peligro de que exploten las municiones que cargaban. A los pocos minutos, el fuego consumió la nave y perdieron al vida seis gendarmes.

«Agradezco a Dios, a la vida que me acompañó toda la trayectoria que estuve ahí», concluyó el relato Miguel. Hoy, el suboficial mayor mantiene contacto con sus camaradas y se reúnen una vez al año a repasar historias y sanar heridas.