AUDIO | Agustín, propietario
El pasado domingo por la tarde, el local gastronómico ubicado en calle Córdoba esquina Pío León fue blanco de un hecho de inseguridad.
Cuando comenzó la jornada, un hombre compró un cerveza e inició una charla en la que comentó que tenía antecedentes y aprovechó la oportunidad para solicitar trabajo allí.
Pidió pasar al baño cuando el dueño escuchó botellas caer al suelo. Al asomarse, descubrió que el ladrón se encerró en el baño luego de intentar llevarse unos celulares que estaban sobre el mostrador.
Familiares del propietario arribaron para ayudar a contener la situación mientras llamaron a la policía cuya demora fue de 40 minutos. «Estamos a unas cuadras», sostuvo Agustín molesto por la demora.
El ladrón intentó huir empujando al cuñado del dueño y salió corriendo. Allí comenzaron los gritos a quienes transitaban por el sector para poder frustrar la fuga.
«En la esquina había una familia con un nenito en bici (…) él automáticamente, no se si fue por valentía o autoreflejo, le atraviesa la bici y el ladrón se tropieza. Ahí nosotros pudimos alcanzarlo», narró.
Agustín aprovechó la ocasión para agradecer a esa familia convocándola al bar para darle las gracias personalmente.
La historia finalizó con otro capítulo llamativo, el efectivo policial que asistió al llamado de colaboración no contaba con la herramienta básica de un par de esposas para apresar al ladrón. Debió pedir ayuda a otro móvil el cual sí tenia el elemento.