AUDIO | Sebastián Hissa, Ex director de turismo de Jesús María.
La rescisión de contratos y algunos proyectos en el municipio de Jesús María ha generado preocupación. Tal es el caso del área de turismo, que desde mayo de 2018 con la renuncia de quién era su director no ha sido la misma.
Dada la extinción de dicha Secretaría y las medidas tomadas por el ejecutivo municipal, el ex funcionario de Turismo, Sebastián Hissa, se comunicó con Radio Jesús María y expresó su opinión sobre la situación turística en la ciudad.
Hissa manifestó que se trata de una situación bastante grave porque hay un sector productivo de la ciudad que dependen de ciertas políticas públicas así también se pierde en la generación de empleos.
«No hay acciones de promoción, no se pone en la vidriera la ciudad de Jesús María y eso genera una pérdida de turistas que dejan de venir a los hoteles e impacta en los empleados», aseguró.
Además hizo referencia a la Licenciatura de Turismo que comenzó recientemente en el CRES: «Se está iniciando una carrera de turismo, celebro eso, pero qué perspectiva de futuro para el desarrollo laboral tienen los estudiantes. Tenés 20 o 30 estudiantes y en realidad estás achicando el espacio laboral».
Nota enviada a esta emisora, por Sebastián Hissa
Hacer políticas públicas no es un tema simple. De hecho, es bastante complejo ya que las variables que se manejan son diversas: los recursos estatales, tanto económicos como humanos, no siempre alcanzan y la voluntad de los distintos actores de la sociedad y sus opiniones sobre qué es lo imprescindible, qué es lo urgente y qué lo necesario, no siempre coindicen. Por esto, la mirada del hacedor de políticas públicas debe, necesariamente, ser integral, para poder equilibrar recursos, posibilidades y obligaciones, y satisfacer las necesidades de toda la población de la mejor manera posible.
Una de las formas de garantizar esa integralidad tiene que ver con la capacitación y formación de aquellas personas que se encuentran en la toma de decisiones, que deben tener una mirada global de los distintos sectores y buscar apoyo si desean diseñar e implementar políticas públicas efectivas y que alcancen con sus beneficios a la mayor parte de la comunidad. Es indispensable que un intendente conozca acerca de todas las áreas que debe gestionar. Por ello, el balance del equipo de gobierno debe ser pensado, armado, medido, y respaldado de forma tal que llegue a cubrir todos los frentes.
En los últimos tiempos, la Municipalidad de Jesús María decidió que el Turismo no era un área importante. Desconociendo la cantidad de puestos de trabajo, directos e indirectos, que dependen de ese sector de la economía fue paulatinamente restando recursos y recortando apoyo. Aunque sean las políticas económicas nacionales las que generen la retracción del empleo, cualquier municipio debe propiciar estrategias para contener la pérdida de puestos laborales. En materia de turismo, la falta de políticas de promoción repercute en menos camas y menos cubiertos para el sector empresario.
Hoy, los costos del sector hotelero y gastronómico son altísimos, los márgenes de rentabilidad han caído a límites históricos, y la esperanza se sustenta en un deseado incremento en el volumen de los clientes. Cuando la cuota de público local llega al límite, como hoy, solo se puede incrementar atrayendo turistas. Una parrilla que pierde diez comensales por semana es una parrilla que no podrá pagar el sueldo de uno de sus empleados y un puñado de camas menos se traducirán, sencillamente, en una cama menos en el hotel. Desmantelar el área de turismo de la municipalidad significa dejar sin representación a un sector que aporta al desarrollo y al crecimiento local.
Aún en tiempos de crisis las familias buscan salir y el turismo se ha consolidado como una necesidad de primer grado. Este inicio de vacaciones de invierno con “fin de semana XL”, localidades del Valle de Calamuchita tuvieron un 99% de ocupación. De Jesús María no sabemos porque ya ni siquiera hay quien realice el relevamiento de ocupación y pernocte.
La aplicación de políticas turísticas no tiene por objeto estar “a la moda”, ni posicionar intendentes en medios de comunicación, en fotos de ferias o eventos glamorosos. Puede parecer así para quienes poco conocen, pero turismo es, ante todo, puestos de trabajo. En su faz económica tiene por objeto generar empleo: alojamiento, gastronomía, eventos, museos, comercios de regionales, y toda una gama de actividades conexas para ofrecer. La actividad turística busca captar divisas que se mueven en otros circuitos para inyectarlas en nuestro destino: diez mil pesos que podrían ser consumidos en una tienda de electrodomésticos en Rosario son gastados en Jesús María en una parrilla, en un hotel, en la estación de servicios y en una farmacia, por ejemplo.
Para desarrollar el turismo en una localidad se deben realizar acciones de promoción: viajar a las grandes ciudades emisoras, asistir a ferias de promoción, escribir notas en diarios y revistas, y, en suma, llevar a cabo todas las acciones conocidas y todas las novedosas que se pueda pensar para despertar el deseo de los turistas de visitar nuestra localidad y no otra. La competencia es feroz, siempre lo es, por eso, en su momento usamos el helado de fernet con nitrógeno líquido, o las empanadas de paloma “tal como las hacían los jesuitas en tiempos de la colonia”. Todo para conseguir que los turistas nos eligieran. Para que aquel rosarino, en vez de invertir en un aire acondicionado decida que mejor será vacacionar en Jesús María: comer “el mejor asado del mundo”, conocer la Estancia Jesuítica, que es Patrimonio de la Humanidad, y recorrer ya que está, algo del Camino Real y degustar la famosa picada caroyense. De más está decir que ese influjo de divisas no solamente beneficia al empresario turístico y a sus empleados, sino también a todos los otros sectores donde estos ingresos serán gastados.
A inicios de 2018, el área de Turismo estaba integrada por cinco personas con formación en turismo. Tras mi renuncia, en mayo de ese año, quedaron solamente dos, que además de gestionar el turismo de la ciudad, cubrían tareas en otras áreas. El proceso de desmantelamiento de esta estructura, que fue creciendo con mucho esfuerzo a lo largo de seis años, se consumó en apenas unos meses, desapareciendo el presupuesto asignado al área, recortando personal y sumando tareas de otras áreas a las dos personas que quedaban. A comienzos de julio de este año, la Municipalidad de Jesús María dio de baja unos cuarenta contratos, por la cesación de una serie de programas, que trajo aparejada la desaparición total del área.
Despreciar un sector que produce empleo en un momento como el que estamos viviendo los argentinos es un sinsentido. Quienes manejan las políticas públicas tienen la capacidad de hacer y deshacer. Hoy creo que la gestión municipal se ha equivocado al desmantelar el área de turismo y dejar a la deriva a un sector que hace malabares para sostener más de cien puestos de trabajo genuino en nuestra ciudad. No se puede pretender que el Festival de Doma y Folklore sea el único paraguas de promoción.
Cuando se presentó la plataforma electoral de 2011 se propuso una Jesús María de “cuatro estaciones” y esto se reforzó en 2015, pero actualmente, sin promoción, sin gestión, sin estadísticas, sin planificación no hay horizonte de sostenibilidad para el destino Jesús María. Las localidades que sí inviertan serán elegidas por los turistas, la nuestra no. Y aquí serán necesarios menos mozos, menos mucamas, menos guías en los museos y menos informantes. No se entiende el porqué de abrir una licenciatura en turismo si las políticas públicas apuntan a extinguir la actividad. Tal vez la intención sea exportar profesionales. O tal vez lo que importante sea solo la foto.
M. Sebastián Hissa
Licenciado en Turismo
Ex Director de Turismo de Jesús María
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