Gerardo Panontini rescató la vieja casa y bodega familiar, evitó su derrumbe y la convirtió en bodega artesanal y emprendimiento turístico educativo. Integra la Ruta del Vino de Córdoba, elabora cinco variedades de vino y proyecta ampliarse a jugos y espumantes. La casona data de 1891 y está intacta, pretende convertirla en alojamiento turístico.