Se trata de un fenómeno óptico que se produce por la refracción de la luz a través de cristales de hielo presentes en determinados tipos de nubes llamadas cirrus.
La inclinación de 90° de los cristales y quien lo ve es lo que produce los colores, y si la alineación de los cristales es correcta hace que la nube cirrus completa brille como una llamarada arcoíris, tal como se ve en las fotos publicadas.