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El Gobierno macrista decidió no prorrogar la devolución del 4,13% del precio final en las compras y del 2,12% para el combustible que se abonen con tarjeta de débito, que regía desde fines de 2001.
Las nuevas autoridades designadas en hacienda, sostuvieron que el sistema «había quedado antiguo», su costo fiscal era «alto» y «no cumplía con el objetivo de fomentar el uso de las tarjetas”.
Voceros oficiales indicaron que «la idea es compensar parcialmente el costo de la reforma en el impuesto a las ganancias y además la gente no usaba más la tarjeta de débito por esta devolución».
Según la planilla de gastos tributarios del presupuesto 2017 votada por el Congreso y promulgada por el Poder Ejecutivo, el beneficio sí iba a ser prorrogado este año.
En 2015, por este descuento, el Gobierno gastó 4.535 millones de pesos; en 2016, 6.077 millones; y para este año, tenía previsto gastar 7.511 millones