El Concejo Deliberante de Colonia Caroya aprobó por unanimidad una ordenanza que establece la obligatoriedad de instalar detectores de monóxido de carbono en todas las viviendas, locales habitados y espacios que utilicen artefactos de combustión.
La iniciativa tiene como objetivo reducir los riesgos de intoxicación en espacios cerrados y busca “proteger la salud y seguridad de los residentes”, según detalla la normativa. La medida alcanza tanto a hogares como a comercios, instituciones y cualquier ámbito donde haya presencia ocasional o permanente de personas.
Como parte de la implementación, se creará un sistema de control y fiscalización a cargo de la Subsecretaría de Obras Públicas y Privadas. Además, el Ejecutivo municipal deberá impulsar campañas de concientización sobre la revisión periódica de calefactores, estufas, cocinas y otros artefactos, advirtiendo sobre los riesgos del monóxido y promoviendo el mantenimiento por parte de personal calificado.
En cuanto a las sanciones, se establecen medidas específicas para quienes no cumplan con la ordenanza. Los comercios e instituciones públicas o privadas podrían enfrentar intimaciones, clausuras temporales o parciales, sanciones administrativas e incluso la inhabilitación para obtener el final de obra. Para viviendas particulares, se exigirá la adecuación a la norma y también podría impedirse el otorgamiento de final de obra.