Jesús María, Córdoba — El centro de Jesús María atraviesa una etapa de transformación que preocupa a comerciantes y vecinos. Calles que antes eran puntos clave del movimiento comercial, como Tucumán, John Kennedy y Cástulo Peña, muestran hoy una notable cantidad de locales vacíos y una merma en la circulación de personas. Esta situación genera incertidumbre en el sector, que busca adaptarse y sostener su actividad frente a nuevos desafíos.
Una de las voces que describe este panorama es la de Mónica Gastañaga, encargada de Grupo Marrón y decoradora, quien aseguró que la cantidad de locales vacíos es alarmante: “Muchos se van por los alquileres altos y por la falta de movimiento. Desde que se implementó el estacionamiento pago, la gente camina menos y se aleja del centro”, explicó.
La zona de Cástulo Peña, donde funciona su negocio, ha perdido fuerza comercial y se nota en la baja afluencia de clientes. “Nosotros tenemos estacionamiento propio, pero la gente no lo sabe. Y eso nos perjudica mucho”, lamentó Gastañaga. A modo de ejemplo, mencionó el cierre de Zoom, una tienda vecina que invirtió fuerte en su local pero no logró sostenerse.
La comerciante también señaló un fenómeno que se repite: locales que funcionan únicamente de noche, como bares y boliches, lo que debilita la circulación diurna. “De día está muerto. A veces dejamos luces prendidas para que vean que hay un local, pero mantener eso cuesta, la luz subió muchísimo”, agregó.
Otro dato relevante: aunque su tienda lleva cuatro años en el lugar, muchos vecinos aún no la conocen. “Clientes que viven a una cuadra nos dicen que no sabían que existíamos. Eso te muestra que no hay circulación peatonal real, la gente pasa en auto y no mira”, explicó.
Gastañaga también criticó la concentración de locales gastronómicos en el centro, lo que desplaza a los negocios tradicionales como los de ropa, decoración o muebles. “Se está armando otro centro, hacia la zona este, donde los alquileres son más bajos y se están mudando varios comerciantes”, señaló.
En diálogo con otros propietarios, descubrió que algunos dueños de locales decidieron dejar de alquilar y directamente instalar sus propios negocios, al ver que no conseguían inquilinos. “Eso me llamó la atención. Prefieren ocupar el espacio ellos mismos antes que tenerlo vacío”, dijo.
Los comerciantes reclaman medidas urgentes: revisión del sistema de estacionamiento, promoción de la actividad comercial en zonas menos transitadas y acciones que devuelvan vida al centro. “Necesitamos que vuelva el movimiento. Tener un local cerrado enfrente te apaga toda la cuadra”, concluyó Mónica.
La situación en Jesús María no es aislada, pero sí es un reflejo claro de cómo las políticas urbanas, el contexto económico y los cambios de hábito en los consumidores impactan directamente en la supervivencia del comercio local.