La PFA desarticuló una organización narcocriminal que, dividida en dos células, enviaba cocaína a Europa y Asia a través de mulas. Detuvieron a nueve de sus integrantes en un megaoperativo en distintos puntos del país.
La investigación fue instruida por el Juzgado Nacional en lo Penal Económico Nº8 a cargo de Gustavo Darío Meirovich.
Los agentes de la PFA lograron identificar a los diferentes miembros de la organización y establecer su modus operandi, que consistía en reclutar jóvenes de bajos recursos económicos de la provincia de Córdoba. Estos eran trasladados a CABA, donde se alojaban en hoteles y se gestionaba su viaje al exterior.
Durante su estadía, los jóvenes ingerían las cápsulas con cocaína y luego abordaban vuelos con destino a Francia para completar el tráfico de la droga.
Una vez identificados todos los involucrados, se determinó el rol que desempeñaba cada uno, en un esquema coordinado que incluía a un captador, un gestor y un encapsulador. Se confirmó que dos de ellos residían en la capital cordobesa, mientras que otros dos eran oriundos de la ciudad de Dean Funes.
Cuando el juzgado se preparaba para ordenar los allanamientos y detenciones, se detectó que dos miembros del grupo habían viajado a Salta, donde buscarían un vehículo para llevarlo a La Quiaca, Jujuy.
Las tareas de inteligencia permitieron establecer uno de los métodos de financiamiento de la banda: contrataban a terceros para alquilar vehículos 4×4 en Salta y luego los trasladaban a la frontera con Bolivia, donde los vendían de manera irregular.
El cruce de información determinó que los narcos regresarían a Córdoba en un micro de pasajeros. Se montó un operativo discreto para detenerlos y simultáneamente, se allanaron los domicilios de los cuatro integrantes de la organización, dos en Córdoba Capital y dos en Dean Funes.
Durante los procedimientos, se concretaron las detenciones de los restantes involucrados y se decomisaron dinero en efectivo, teléfonos celulares y documentación de interés para la causa.
Las reclutadoras
Durante la investigación, gracias al análisis de escuchas telefónicas, detectamos una segunda célula que interactuaba con la primera banda. Esta segunda célula estaba integrada por dos mujeres de Córdoba Capital, quienes reclutaban a personas de bajos recursos de distintos puntos del país para enviarlas «limpias» (sin ingerir drogas) a Francia, haciendo escala en San Pablo, Brasil.
En San Pablo, la organización facilitaba la ingesta de cápsulas con cocaína para ser transportada hacia destinos como España, Países Bajos, Japón y la isla de Martinica. Se identificaron a las personas que actuarían como «mulas» y los puntos de carga de los narcóticos.
Se arrestó a las dos acusadas y se incautaron pasajes, teléfonos celulares, dinero en efectivo y otros elementos valiosos para la causa.
Este operativo se enmarca dentro del esfuerzo del Ministerio de Seguridad en la lucha contra el narcotráfico y para proteger a los argentinos.
La desarticulación de esta organización da cuenta de la efectividad de la colaboración entre las distintas fuerzas y el éxito de los operativos coordinados a nivel federal.
Todos los detenidos y los elementos incautados quedaron a disposición del magistrado por infracción al Código Aduanero (contrabando de estupefacientes).