Desde hace 12 años, Azucena lleva adelante una tarea solidaria en la iglesia Valle de Bendición que está ubicada en calle Guasapampa al 170.
Allí dicta talleres de costura y contención a mujeres en situación de violencia. Además, ofrece meriendas y viandas al mediodía para unas 60 personas del barrio.
Esta madrugada mientras dormía con su hija y dos nietas, las llamas consumieron prácticamente todo lo que tenía. Una pequeña de dos años alertó a su mamá del fuego y gracias a ello, pudieron salir ilesas.
«Cuando nos despertamos, ya estaba incendiándose toda la parte de frente. Pudimos salir, pero se quemó todo: dos dormitorios, cocina-comedor, baño, una piecita donde tenía la mercadería. No quedó nada», narró.
Pese a que vecinos trataron en vano de contener el fuego, el incendio estaba muy avanzado. Trabajaron en el lugar cuatro dotaciones de bomberos voluntarios, guardia urbana, policía y defensa civil.
Ahora, Azucena depende de la solidaridad para continuar. Necesitan de electrodomésticos tales como freezer, heladera, cocina y garrafas. Lo más urgente es reunir mercadería y carne para seguir ayudando.