Este sábado por la noche, Jeremías escuchó ruidos afuera de su vivienda en calles 26 y 47 y observó a un auto huir del lugar. Al otro día, notó que tenia el vidrio trasero y una puerta lateral de su Peugeot, dañadas.
Los autores utilizaron ladrillos para romper pero no robaron nada dentro pese a que había elementos como una mochila o el estéreo. El seguro no le cubre las roturas por lo que solo el vidrio cuesta 30 mil pesos para reemplazarlo.
Días atrás, hubo otros casos similares de vehículos con daños a causa del vandalismo. Jeremías aseguró que no había mucha presencia policial en el sector pero que luego de estos casos, comenzaron a circular patrullas aunque solo por poco tiempo.
«Es un sacrifico tener un auto y que, por una diversión o lo que sea, te lo rompan», afirmó.