Parecía un domingo más pero un grupo de delincuentes transformaron ese día en una pesadilla. Pasadas las 19 horas, los dos hijos del matrimonio ingresaron a su vivienda mientras los padres despedían a sus tíos.
Al retornar a la casa, la mujer encontró a los dos jóvenes maniatados mientras le apuntaban con armas en la cabeza. Rubén fue llevado al dormitorio donde recibía golpes al mismo tiempo que le pedían dinero. Comenzaron a reunir joyas, unos dólares que había en la billetera pero continuaban exigiendo más.
Una escena que duró aproximadamente una hora y media. Los ladrones mostraron tener profesionalismo ya que usaban guantes, resguardaron su identidad cuidadosamente y dialogaban tranquilos con los tres rehenes mientras seguían buscando por posibles escondites del hogar.
«Fueron momentos muy caóticos. Estábamos atados, siempre las personas apuntándonos», narró.
Se llevaron elementos variados desde televisores hasta ropa y zapatillas que cargaron en dos autos pero finalmente solo huyeron en un Toyota Yaris blanco. Los cuatro integrantes de la familia pudieron desatarse y hacer sonar la alarma comunitaria. Hasta el momento, no hay novedades de los malhechores ni del vehículo robado.
«Acá en Colonia Tirolesa, en 20 días, hemos sufrido tres hechos con las mismas características, con el mismo modus operandi, mismo rango horario y forma», remarcó. Aseguró que «los móviles son insuficientes para la cantidad de habitantes y de la extensión de la localidad».