La especialista derribó un mito muy difundido: las grasas son malas para el cuerpo. Sin embargo, son necesarias y no siempre son las culpables de todas las enfermedades. La clave, saber elegir.
Los aceites de maíz o girasol son los más inflamatorios y se debe prestar mucha atención al punto de ebullición para evitar sustancias tóxicas. Es bueno sustituirlos por aceite de oliva, de coco o manteca.
Alimento tales como frutos secos, semillas, aceitunas, palta, yema del huevo aportan grasas saludables que luego son utilizadas en proceso hormonales, metabólicos y en el cerebro.
La grasa animal tal de cerdo es otra opción para las frituras, siempre en justa medida. La nutricionista afirmó que hay que impulsar un cambio de paradigma usando los aceites de calidad y evitando ingredientes con índice glucémico alto o harinas, los cuales sí llevan a enfermedades.