Este lunes por la tarde, un ladrón ingresó a la panificadora y a punto de pistola, amenazó a la cajera para que el diera el dinero. En ese momento quedaban unos dos mil pesos ya que recientemente habían sacado la recaudación para pagar unos compromisos.
También solicitó el celular que cayó al suelo y mientras el delincuente lo levantaba, la empleada logró salir corriendo para pedir ayuda. El propietario regresaba de hacer unas compras cuando vió a la mujer nerviosa además de observar al joven huir del lugar.
«Fue un momento horrible para la chica», sintetizó Marcelo, dueño del comercio. Contó que es la primera vez que les sucede un hecho de estas características. Mencionó que no suelen manejar grandes sumas de efectivo por eso le resultó llamativo el robo.