AUDIO | Patricia Gallardo, enfermera
Nacida en Córdoba Capital, Patricia sigue trabajando de la profesión que eligió y que hace casi cuarenta años marcó un capítulo fundamental de su vida con 20 años de edad.
Estaba terminando el tercer año de la carrera de enfermería cuando estalló la guerra y juntos a sus compañeras de la marina fueron designadas a atender a los heridos.
«Pato» como la conocen sus más allegados, recordó que «lo único que pensábamos era en ayudar». Al poco tiempo, comenzaron a arribar los soldados con lesiones de todo tipo como amputaciones o congelados por el frio. «Me acuerdo y todavía me moviliza», afirmó.
Sumado a la situación de tensión, la distancia con los afectos hacia mas difícil el momento ya que no estaban autorizadas a mantener comunicación con otras personas. Algo similar ocurría con los combatientes que llegaban: «cuando llegaban los chicos, lo primero que nos pedían era que les avisáramos a sus familiares».
«Éramos un poco psicólogas, estábamos al lado de los heridos y lo único que queríamos era pasarles tranquilidad», sostuvo.
Entre las historias que crecían en el día a día, estaba la de una de sus compañeras que se había casado y embarazada de pocos meses, esperaba a que su esposo volviera de la batalla pero nunca lo hizo. O cuando atendieron a un soldado inglés que tiempo más tarde, retomó el contacto.
A cuatro décadas de esa fecha, Patricia contó que el grupo de enfermeras sigue muy unido especialmente con Dorita Ruiz y Estela Loyola, las dos otras dos cordobesas. Pese a que la vida transcurrió, para ella las heridas siguen abiertas. «Año a año duele más, no sé si es la sensibilidad de los años o el darnos cuenta de la gravedad de lo que pasó», finalizó.