Una situación anómala, pero a veces recurrente en el ámbito de las empresas, es la detección de casos de acoso laboral o de reclamos en los que se invoca ese comportamiento. Además de la expresión «acoso laboral» se emplea también las denominaciones de «acoso moral» y «violencia laboral» para referirse a esta figura.
También se utiliza el término «mobbing», pero esta palabra indica un comportamiento abusivo que se realiza de manera sistemática contra el trabajador, mediante actos u omisiones reiterados en el tiempo, que lesionan su dignidad e integridad y se agrega que ese comportamiento tiene la finalidad de lograr que la víctima abandone la empresa.
El acoso se puede dar desde empleador , pero también son comunes los casos que se dan desde los compañeros de trabajo y por lo general la víctima es pasiva y la situación suele agravarse si no se interviene a tiempo. Esto obviamente genera un malestar generalizado y crea un ambiente negativo de trabajo que afecta los resultados esperados.
Existen diversas formas de acoso, según el o los sujetos que lo cometen. El acosador puede ser un superior jerárquico que aprovecha su posición para ejercer una presión psicológica contra la víctima o un trabajador que tenga una jerarquía igual a la de la víctima. También puede sufrir el acoso una persona que tenga una jerarquía mayor que la de uno o más trabajadores que cometen el acoso.
Un caso especial es el del acoso sexual, en que el acosador pretende lograr algún favor sexual de la persona acosada, pero se vale de actos de hostigamiento, promesas de recompensas o ascensos para el supuesto de que se acceda a sus demandas o de variado tipo de perjuicios laborales en el caso de obtener una negativa de la persona requerida.