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Este sábado se realiza la fogata de San Pedro y San Pablo

►Como cada 29 de junio, se realiza en Colonia Caroya la Fogata de San Pedro y San Pablo. ►Desde las 20 horas y hasta la medianoche centenares de personas "queman lo viejo y empiezan de nuevo en el Pignarûl". ►Conocé la historia de esta celebración. ►Evento grauito.
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Fotografías Cortesía Ducj Insieme

Como cada 29 de junio, se realiza en Colonia Caroya la Fogata de San Pedro y San Pablo. Desde las 20 horas y hasta la medianoche centenares de personas «queman lo viejo y empiezan de nuevo en el Pignarûl».

La Fiesta en honor a San Pedro y San Pablo se realizará en el predio ubicado frente al Cementerio Municipal, en calle Vicente Agüero Norte, a 1500 metros de Av. San Martín.

Como es tradicional, el grupo de jóvenes caroyenses “Ducj Insieme” ofrecerá un evento lleno de emociones, recuerdos, alegría y reencuentro familiar.

El ritual del encendido de la enorme parva de ramas será el momento más importante de la noche. Estará a cargo de niños y adolescentes de dos instituciones caroyenses.

En el escenario estarán el Conjunto Caroyense de Danzas Italianas Alegrîe,la Academia Cruz del Sur, Chequelo Montagnino y Dale Fiesta.

Los más chicos serán protagonistas de diferentes juegos y actividades, mientras los grandes compartirán el Vin Brulet (vino caliente) y Tía María artesanal.

Además habrá pururú, galletas de novios, batatas al rescoldo, chocolate (preparado por Gendarmería Nacional).
Además habrá un buffet con venta de comida y bebida.

La historia del “Pignarûl”

Cada 6 de enero se conmemora el Día de la Epifanía (Día de Reyes Magos) en la Región Friuli-Venezia Giulia (Italia), que recuerda la atmósfera de las leyendas cuya tradición está muy arraigada en el pasado.

El protagonista es el fuego, que se manifiesta en típicas fogatas llamadas “pignarûl”.

El rito recuerda las antiguas creencias, según la cual las hogueras eran actos de purificación y de buen augurio para el nuevo año.

También se aprovechaba el Pignarûl para pedirles a los dioses que no sean abandonados en las crudezas del invierno y que la primavera resurja la existencia del hombre.

El rito permaneció intacto con la celebración en la víspera de la Epifanía, siendo la llama un símbolo de esperanza y fuerza para quemar las viejas cosas.

Pero también era una señal de presagio para anticipar el comienzo del año: la dirección de las chispas era vista como un vaticinio para el futuro.

Hay un proverbio friulano que da cuenta de esto: “Se il fum al va a soreli a mont, cjape il sac e va pal mont; se il fum invezit al va de bande di soreli jevât, cjape il sac e va al marcjât” (“Si el humo va al Oeste, tome el bolso y vaya por el mundo; si el humo va al Este, tome el bolso y vaya al mercado”).

En cambio, si iba al Norte, significaba que iba a haber poca producción; y si el humo se dirigía al Sur, ordenaba ir a comprar harina y pan.

Así, los friulanos sabían si el año era negativo y se hacía necesario emigrar; o si presagiaba un buen año para trabajar y poder comprar.

Con la llegada de los inmigrantes friulanos a Colonia Caroya, la fogata se comenzó a encender el 29 de junio, el Día de San Pedro y San Pablo, el primer Papa y el gran Apóstol de los Gentiles, respectivamente.

Después de varios años de haberse perdido la tradición, se recuperó en el año 2003 por el Proyecto 125 (comisión que organizó los festejos por el 125º aniversario de Colonia Caroya) y actualmente es organizado por el Grupo de Jóvenes Caroyenses Ducj Insieme.

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