“Todos y cada uno de nosotros estamos, todo el tiempo, todos los días, en riesgo de sufrir un accidente de tránsito, porque todos habitamos la vía pública como peatones, como conductores o como pasajeros. Ante la muerte generada en un accidente, el componente emocional es devastador tanto para la víctima como para el victimario” dice Botta Bernaus.