Tras los anuncios de un proyecto de ley de reforma tributaria realizado por el Ministerio de Hacienda del gobierno nacional, enólogos y propietarios analizan el posible impacto en las bodegas caroyenses de un impuesto interno / alicuota para vinos y espumantes.
Actualmente no hay alícuota, situación que cambiaría si el Congreso Nacional da visto bueno al proyecto del Gobierno, estableciendo un impuesto del 19 por ciento para estas bebidas.
Esta situación representaría un duro golpe para el bolsillo de los empresarios, productores y para los consumidores.
La industria vitivinícola viene en ascenso en materia de calidad del vino, sin embargo no hay un aumento del volumen consumido. A esto se suma el boom de la cerveza artesanal que domina el mercado de bebidas con importantes picos en la temporada estival.
Las miradas están puestas entonces en la prosperidad del articulado destinado a los vinos y espumantes. Al día de hoy los márgenes entre la producción y el precio de góndola es cada vez menor. Las ganancias se achican y el imposto sería un golpe directo a esta área de la economía regional.