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Historias de Caroya metodos insolitos para detener la plaga de langostas

Jorge Visintín, productor de Colonia Vicente Agüero recordó la oportunidad en la que los colonos de Colonia Caroya hicieron un muro de chapa de 15 kilómetros para detener y quemar con lanzallamas una manga de langostas. Escucha esta y otras anécdotas de las grandes plagas de la década de 1950.
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La aparición de langostas en Colonia Caroya durante este fin de semana reavivó la memoria colectiva y reaparecieron los testimonios sobre las grandes plagas ocurridas durante la década de 1950. Jorge Visintín, productor de Colonia Vicente Agüero recordó las invasiones ocurridas entre 1950 y 1953.

Los residentes de las quintas caroyenses tenían dos acciones posibles: combatir o ahuyentar. Para las variedades voladoras solo quedaba esta última opción, espantarlas de las hectáreas de cultivo: «Cuando se asentaban en una quinta te devastaban una viña de tres hectáreas (…) había que asustarlas con palos y tachos para que tomaran vuelo», señala Visintín.

Para la variedad conocida como «la saltona», la solución era más colosal: «Se hizo una barrera de chapas desde la ruta 9 hasta el paraje Santa Teresa para que no pasaran a Colonia Caroya. Las paraban y las quemaban con lanzallamas», explica Jorge.

El peligroso DDT (hoy prohibido) vino a suplir el fuego y las chapas.