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Manuel Alberto Noya: El kiosquero del encuentro

Uno de los vecinos más reconocidos de la ciudad, tuvo más de 25 años kiosco Alpino, en pleno centro. Motivo de juntada para hacer "previa" a los bailes y post boliches, Manuel hoy disfruta de sus 4 hijos y familia
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Manuel Alberto Noya tiene 58 años y hoy disfruta cómo siempre de todo lo que le dio la vida. Hoy tiene cuatro hijos, tres hombres y una mujer. Con Facundo el màs chico disfruta del fútbol todos los domingos jugando en Alianza de Jesús María.

Con Andrea, su compañera de vida dedican los fines de semana a la familia. «Antes me la pasaba laburando y pensando en la gente y el servico que brindabamos. Hoy primero está mi familia» dice sin dudar.

Nacido en Jesús María, vivió su infancia frente al club Falucho en el que practicó varios deportes. Amigo de sus amigos, hoy tiene a una barra inolvidable con la que aún comparte asados y anécdotas.

El polaco Brusasca, Pichi Bessone, Chuchino, el Gaby Galizzi son algunos de los amigos que menciona y no deja de saludarlos.

Manuel Noya se hizo popular por tener durante 25 años el kiosco Alpino, una estructura de madera con el estilo de construcción de techo a dos aguas que el propio Noya realizó.

A tal punto llegó el reconocimiento del lugar, que era motivo de encuentro antes y después del baile o el boliche. El pebete o la Coca en «lo de Manuel» era una cita infaltable para todos los jóvenes de la década de finales de los 80 y todo los 90.