Una situación particular se vivió en una escuela primaria de la región cuando un estudiante de sexto grado llevó a clase un gas pimienta hallado en la vía pública y lo activó dentro del edificio escolar.
El hecho ocurrió sin intención de dañar a un compañero, ya que el aerosol fue rociado contra una pared y una puerta, aunque algunos alumnos comenzaron a sentir irritación en los ojos. De inmediato, el equipo directivo intervino y se puso en marcha el protocolo de acompañamiento: se convocó a las familias, se asistió a los niños y se trabajó con el equipo pedagógico del Ministerio de Educación.
En diálogo con Radio Jesús María, la inspectora de la zona escolar, Analía Viel, destacó que la situación fue abordada pedagógicamente y no de manera punitiva, dado que se trata de niños en etapa de formación.
“Tenemos que aprovechar estas circunstancias para educar, problematizar y concientizar sobre los riesgos de elementos como el gas pimienta, que si bien es de venta libre, no puede estar en manos de menores”, explicó.
Además, se acordó realizar un taller con padres para profundizar sobre la convivencia escolar y los riesgos del uso inadecuado de ciertos elementos.
La inspectora también aclaró que la viralización de audios y mensajes en redes sociales generó preocupación excesiva, ya que la presencia de una ambulancia en el lugar no estuvo vinculada a este episodio sino a otra asistencia de rutina.
Finalmente, Viel remarcó que la escuela y la familia son “las dos instituciones más importantes en la formación de los niños” y llamó a reforzar la comunicación para construir soluciones conjuntas en beneficio de los estudiantes.