Después de cinco años viviendo en Alemania, Magdalena volvió a abrazar a su padre, el querido “Negro” Morales, vecino popular de Jesús María. En el pequeño pueblo de Bad Grund, en el corazón de Europa, la joven de 32 años comparte su vida con su esposo (alemán), su hijo Leif y ahora con la visita más esperada: la de su papá, que viajó para conocer a su nieto.
De Córdoba al corazón de Europa
Magdalena actualmente vive en la zona montañosa de Harz, considerada “el corazón de Alemania”. Recordó que su llegada a Europa estuvo marcada por la pandemia: primero pasó un tiempo en Italia para tramitar su ciudadanía y luego se trasladó por distintos países. La crisis sanitaria la sorprendió en Hungría y finalmente recaló en Alemania, donde encontró trabajo en una empresa con dueños colombianos y compañeros de múltiples nacionalidades.
“No hablaba nada de alemán, apenas inglés, pero fue un mundo de inmigrantes que me ayudó a adaptarme”, relató.
Una vida nueva, con raíces argentinas
Hoy trabaja como cajera en un supermercado, donde además está siendo capacitada para tareas administrativas. Reconoció que, más allá de los años transcurridos, la nostalgia por Argentina sigue intacta.
“Siempre me presento como argentina. Tengo ciudadanía italiana, pero en el corazón sigo siendo argentina. Se extraña mucho, porque como nuestro país no hay, salvo la cuestión política. Tenemos todo”, expresó.
El abrazo esperado
El reencuentro con su padre fue el pasaje más emotivo. Entre lágrimas y sonrisas, el Negro Morales tomó la palabra para describir lo que significaba estar junto a su hija y su nieto:
“Después de tantos años de ausencia, poder compartir con ella, con su marido y con la familia que formó me da una tranquilidad enorme. Sé que está en buenas manos, con buena gente, criando un hermoso bebé. No pensé que iba a tener tanta suerte en la vida”.
La charla incluyó saludos para la familia que seguía la historia desde Jesús María, especialmente para la hermana de Magdalena, Clarita, y la promesa de un futuro asado cuando vuelvan a visitar la ciudad.
Córdoba en Alemania
El toque pintoresco llegó con la música. Magdalena contó que sus suegros quedaron sorprendidos con el cuarteto cordobés, en especial con la voz de Ulises Bueno y el estilo de Rodrigo. “Mi suegro dijo que parecía un rey por la forma de vestirse”, comentó entre risas.
Así, entre recuerdos, anécdotas y afectos a la distancia, la historia del Negro Morales y su hija Magdalena se convirtió en un puente emocional entre Jesús María y Alemania, demostrando que los lazos familiares y culturales trascienden cualquier frontera.