La prevención del suicidio no es una tarea exclusiva de profesionales de la salud mental. Cualquier persona, desde su lugar, puede convertirse en un actor clave si cuenta con información clara, herramientas prácticas y se libera de los prejuicios que aún persisten en torno a esta problemática. Así lo expresó Alejandra Rossi, actual coordinadora del Programa Provincial de Prevención del Suicidio del Ministerio de Salud de Córdoba, en diálogo con Radio Jesús María.
Rossi, quien también fue vicedecana de la Facultad de Psicología de la UNC, anunció la realización del V Congreso de Prevención del Suicidio, que se llevará a cabo los días 26 y 27 de septiembre, de manera presencial y virtual, con la participación de especialistas de Argentina, Chile, Perú y España. Sin embargo, más allá de la invitación al evento, su mensaje fue claro: la prevención comienza en la comunidad.
“Como sociedad aún no estamos preparados para hablar del suicidio. Pero hablar, preguntar, escuchar y acompañar son acciones preventivas que salvan vidas”, sostuvo.
Sin tabúes, con responsabilidad
Rossi insistió en la necesidad de dejar atrás los mitos que rodean al suicidio. Uno de los más frecuentes —y peligrosos— es creer que preguntar sobre el tema puede inducir a la persona a intentarlo. “Es exactamente al revés: una simple pregunta puede interrumpir un proceso y abrir la puerta al acompañamiento”, explicó.
También se refirió al rol de los medios de comunicación, que muchas veces dudan sobre si deben o no hablar del tema. “La comunicación responsable salva vidas. El Ministerio de Salud de la Nación tiene directrices claras: no dar detalles, no usar adjetivos, no atribuir causas simplistas, y siempre brindar recursos de ayuda”, señaló.
La especialista advirtió sobre el riesgo de presentar al suicidio como una solución, ya que esto puede tener un efecto de identificación en personas que atraviesan situaciones similares.
Qué puede hacer una persona común
Desde su experiencia en capacitaciones y congresos, Rossi resumió en tres pasos fundamentales las acciones que cualquiera puede tomar ante una persona en crisis:
- Preguntar con claridad si la persona tiene pensamientos suicidas y si hay un plan concreto.
- Referir, es decir, acompañar hacia un centro de salud o profesional, no solo sugerirlo.
- Persuadir para mantenerse junto a esa persona hasta encontrar una red de contención efectiva.
También enfatizó el valor de la escucha activa, sin juicios, con presencia y empatía. “Muchas personas no piden ayuda porque quienes las rodean están distraídos, desconectados emocionalmente. Volver a mirar al otro es parte de la prevención”, remarcó.
Una problemática que atraviesa edades y géneros
Si bien las tasas más altas de suicidio se dan entre jóvenes de 15 a 35 años, también preocupa el aumento de casos en adultos mayores. Más allá de las estadísticas, Rossi fue contundente:
“La atención debe prestarse a cualquier persona en situación crítica, sin importar su edad, género o condición. Todos somos preventores”.
A dónde acudir en caso de crisis
Rossi recordó que todos los hospitales públicos están obligados a recibir a personas con ideación suicida, sin excepciones. También se pueden buscar primeros apoyos en CAPS o SICS cercanos. Lo importante es no minimizar la situación ni postergar la búsqueda de ayuda.