Integrantes de la comunidad educativa estuvieron reunidos frente al nuevo espacio para pedir que culminen la sobras que los alumnos puedan usar plenamente el lugar. Luego de la repercusión que generó la difusión de la problemática, un grupo de padres mantuvo una reunión con el intendente Gustavo Brandan quien transmitió la preocupación a la provincia.
«En principio, si Dios quiere y todo marcha sobre ruedas, aparentemente los chicos estarían viniendo el martes 14 a ocupar el lugar», contó Claudia, mamá de un alumno.
Para recibir a los cuatro cursos que aun tienen clases en el viejo edificio, adaptarán dos salones cuyo destino original era otro, dividirlos con durlock y generar las aulas faltantes. El inconveniente es que las instalaciones ya quedan chicas teniendo en cuenta que el diseño de hace cuatro cuando fueron pensadas, incluía la posibilidad de construir dos ampliaciones.
Además del espacio, todavía no cuentan con la habilitación de gas y la puesta en marcha del laboratorio donde los estudiantes realizan las prácticas. Para ello, deben regresar al ex supermercado de La Caroyense en el cual todavía están las máquinas.
A principio de año, el municipio de Colonia Caroya se comprometió a avanzar en ciertas tareas que fueron luego reportadas a la provincia para que ésta envíe el dinero correspondiente. El compromiso quedó cumplido por lo que las obras pendientes, son de responsabilidad del ministerio de educación.
«La verdad que da mucha pena estar acá y no tener los elementos necesarios porque están en el colegio viejo (…) te da impotencia ver como están tus compañeros en ese lugar», sostuvo Francisco Torino, alumno de séptimo año.
