Tras el año ausente por la pandemia, el festival de rock más grande del país volvió a congregar a miles de fanáticos de todo el país. Se estima que cerca de 100 mil personas pasaron por el aeródromo de Santa María de Punilla durante el sábado y el domingo.
Unas 150 bandas en un total de nueve escenarios hicieron que la fiesta sea continuada con estilos diversos. Este año el cierre central estuvo a cargo de Carlitos «La Mona» Jiménez que llevó sus clásicos del cuarteto al escenario Norte. Pero no solo hubo cuarteto, sino también trap (Wos y Trueno fueron de los más aclamados), música urbana (la ascendente María Becerra estuvo entre las atracciones), merengue y salsa (La Delio Valdez actuó el sábado por la noche) y otros géneros como el reggae (Nompalidece), por solo nombrar al azar algunas figuras representativas.
No faltaron los consagrados como Divididos, Ciro y Los Persas, Guasones, el regreso de Fito Páez, Skay, Las Pelotas, Babasónicos y Los Decadentes. Julieta Venegas fue la artista internacional invitada principal.
Después del obligado «faltazo» del 2020, Santa María de Punilla volvió a ser la capital del rock con los «viejos» y los «emergentes» exponentes, con cambios y variables musicales que se incorporan, pero sin perder la esencia principal.