AUDIO | Mauro Di Poi, Clínica Jesús María
AUDIO | Cássio Gauterio Da Silva, Sanatorio Caroya
Autoridades de clínicas privadas de la microrregión manifiestan su preocupación por el agravamiento de la situación económica de las instituciones sanitarias. Estos centros de salud privados se sobreponen a una creciente desfinanciación de sus estructuras, agravada por la pandemia de la COVID-19.
«Los financiadores no están a la altura de reponer los gastos que estamos generando», señala Mauro Di Poi, director de la Clínica Jesús María.
Una marcada caída de consultas, demoras de pago por parte de las obras sociales, aumento de inversión en elementos de bioprotección, transporte particular para trabajadores y la adaptación de la infraestructura, desequilibran los cálculos de los centros de salud.
«Las clínicas pequeñas del interior tenemos dificultades para acomodar la infraestructura porque los costos son muy altos», explica Cássio Gauterio Da Silva, Sanatorio Caroya.
La baja asistencia se pacientes por otras patologías es una de las razones más determinantes en esta retracción de ingresos. Muchas personas, temerosas de un contagio intrahospitalario de la enfermedad COVID-19, desisten de realizar las consultas habituales. En la zona, de 10 mil consultas mensuales que se recibían en 2019, apenas receptan 5000. «Al disminuir las consultas disminuye la facturación», explica Di Poi. En el caso del Sanatorio Caroya «la consulta bajó de manera catastrófica», expresó Da Silva.
Ocupación y testeo en las clínicas
La ocupación de la clínica es de un 80 %, pese a la pandemia no aumentó el número de internados si se lo compara con años interiores. La Clínica Jesús María tiene dos áreas: 20 camas para pacientes diagnosticados con COVID-19 y 20 para otras patologías. En las últimas semanas la actividad aumenta en el área destinada a la atención de pacientes con el nuevo coronavirus.
Las clínicas enfocan los testeos en personas con síntomas. Son pocas las obras sociales que cubren estas pruebas genéticas. Otra preocupación se vincula a los recursos humanos que se comparten entre varias clínicas. Una potencial infección del personal compartido afectará a las clínica por periodos que rondan los 15 días.
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