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OPINIÓN | Cambiemos, Dedocracia, Frizza, Ispizua y otras hierbas

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* Columna de opinión de Jorge Parodi, periodista.

Cambiemos llegó a la política Argentina con la supuesta propuesta de brindarle aire fresco a un sistema viciado y putrefacto.

El tiempo y Macri nos demostraron que son más de lo mismo, con un fanatismo exacerbado por los desaciertos y una pasión reiterada por la DEDOCRACIA.

Para aclarar conceptos nada mejor que apelar al diccionario, que no muerde (ni siquiera los dedos electores, entre otras cosas)

DEMOCRACIA: Sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes.

DEDOCRACIA: Sistema por el cual se elige a dedo a las personas que han de ocupar un cargo.

Ejemplos con nombre propio, claros y contundentes de esta pasión antidemocrática de Macri: Mario Negri, Mariana Ispizua y Gabriel Frizza.

Vale recordar que Frizza rompió sus promesas y su “ Compromiso Ciudadano” con 40 mil jesusmarienses que lo eligieron democráticamente por 4 años más , cuando el poderoso dedo del Presidente la Nación lo señaló para jugar en las Ligas Mayores.

Eligió al jefe en detrimento de la gente. La dieta generosa de seis dígitos a la palabra empeñada. La proyección y el bienestar personal, olvidaron a quienes confiaron en él.

Su tarea legislativa es poco menos que nula. Su única letra es la que le tiran desde la Presidencia, sus iniciativas personales duermen, su escaso vocabulario es un certificado de su poca formación humanística.

Su fama de levanta manos de yeso y succionador de soquetes del Presidente Macri, supera las fronteras.
Ha llegado al límite de lo ridículo defendiendo posturas indefendibles, cambiando conceptos según el interés de ocasión, al mejor estilo Borocotó.

Un buen intendente se convirtió de pronto, según dice la oposición, en el bufón del Rey (digo, del Presidente).

Tanto es así que adoptó  su estilo de DEDOCRATA para ELEGIR personalmente a su sucesora (DEMOCRACIA PURA).

La Dra. Mariana Ispizua, correcta profesional, buena y honesta persona de una innegable capacidad de trabajo, se subió a la intendencia con fallas de origen.

Nadie la eligió, salvo uno.

Las virtudes apuntadas no están exentas de lealtad, inexperiencia, falta de iniciativas, poca creatividad y una oratoria desafinada y apática, con una tendencia de favorecer a amigos con los que comparte vacaciones , sólo a cambio de una buena selfie.

Nos ilusionamos con sus cualidades y con su condición de mujer luchadora.

Después de un año, nos quedamos esperando, tanto como aguardamos la nueva terminal que pomposamente anunció su gobierno y vaya a saber donde está. Aunque lo nieguen, su equipo es más caro, tiene más grietas y humedades que el plan de viviendas del que se jacta.

Su falta de aptitudes para negociar quedaron al desnudo ante el primer inconveniente con los trabajadores municipales. No supo construir poder y ahora muchos de quienes la criticaron sin piedad, se unen a ella por miedo a perder sus trabajo.

A estas cosas hay que decirlas hoy, cuando es candidata. Ispizua, si se me permite, debe ser la intendente de Jesús María de una vez por todas.

Todo este tiempo funcionamos con el piloto automático, con el envión de lo planificado por el gobierno anterior.

No se nota la mano de Mariana. La mayor fuerza que demostró fue ahorcar los cuellos de los desesperados contribuyentes con impuestos cada vez más asfixiantes , a tono con el gobierno nacional.

Su campaña se centrará en su condición de mujer, acorde a los tiempos que corren. En esa condición ojalá tenga la inteligencia y la sensibilidad para cambiar.

Cambiar no es sacarse fotos de campaña, ni obritas cosméticas. Cambiar es mejorar la calidad de vida de la gente que vive en la ciudad que tanto quiere.

De la contrario, el voto de la gente y no el DEDO del poderoso, la cambiará por algún otro en el cargo para el que no la eligió nadie, salvo uno…