Guadalupe Zapata (mamá), Nilda Cruz (abuela) y la pequeña Esperanza, quien le da el nombre al emprendimiento que nació hace siete años, cuando nació esta con una serie de necesidades médicas que obligaron a su madre a abandonar los trabajos en relación de dependencia.
“Nos encontramos solas y sin dinero, con mucha necesidad hacíamos pastelitos pero era muy poca la ganancia, volvimos a fabricar mermeladas y las vendíamos en la calle con un carrito” cuenta “Guada” sobre los comienzos del negocio.
Ambas mujeres coinciden que no fue fácil, un camino largo y duro, de muchos fracasos, de prueba error pero siempre con la convicción de que lo iban a lograr.
Su perfil es de conservas con proceso de producción casera, pero con todo el asesoramiento y capacitación lograron instalar la marca y fabricar con toda la responsabilidad de productos de alta calidad sin perder la esencia ni el sabor.
Sus clientes son fieles, vuelven y pagan por productos que conservan el sabor, el color y el recuerdo de lo que cocinaban sus familiares. Cuando llevan un frasco llevan más que alimentos, se llevan una experiencia, un recuerdo.
Guadalupe es gastronómica, trabaja en el año para otros emprendimientos lo que le ayuda a financiar su propio negocio en épocas de mucha demanda.
Analizan, investigan, hacen prueba error de nuevos productos “si algo no nos gusta lo intentamos hasta estar conformes”.
Todo se esteriliza, lograron su control municipal y pertenecen al grupo de emprendedores del programa nacional “Ciudades para emprender” por lo cual se capacitan en forma permanente. “Esto nos ha ayudado a tener mayos visibilidad no sólo de la marca sino de quienes están detrás de la misma” aseguran.
Proyectos
Trabajan sobre nuevos productos actualmente están desarrollando mermeladas de tomate, batata, zapallo, berenjena y zanahoria con el fin de que aquellos que no comen verduras las incorporen como por ejemplo los niños.
Los comienzos fueron duros, hubo muchos tropiezos, situaciones difíciles que la familia tuvo que superar pero nada ha impedido seguir adelante. “A donde vamos, más allá de estar mal anímicamente, o pensar que es complicado no importa lo que piensen o diga la gente si uno quiere se puede salir adelante,” asegura Guada.
Ella, su madre y su hija son una muestra más de que ser emprendedor es posible.
Volvé a escuchar el programa Ser emprendedor sábado 8-12-18
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