María Eugenia Cadamuro fue dada por desaparecida durante tres meses. Esa dramática situación llegó a su fin con el hallazgo de su cuerpo sin vida, atravesada por perdigones y semienterrada en un campo ubicado sobre la Ruta 60.
Fue la respuesta a muchas preguntas y la confirmación de las peores sospechas. El cadáver de Maru fue hallado a 1,5 metro de profundidad, dentro de dos bolsas de consorcio, y tapado con un acolchado.
Varios elementos encontrados ese día pertenecían a Jeremías Sanz tal como consta en innumerables fotografías que fueron halladas en el dispositivo móvil marca IPhone que el joven entregó voluntariamente en uno de los procedimientos de allanamiento que ordenó la policía. Hoy, Jeremías permanece en la cárcel de Bouwer al aguardo de la elevación a juicio.
Con información del Semanario Primer Día.