En los últimos días del mes de mayo, el IPEM 294 de Jesús María debió suspender las clases por una semana debido a un intenso olor nauseabundo. Por varios días no se había diagnosticado el causante, sin embargo, lo terminaron aduciendo a un problema de cloacas.
Autoridades de la institución educativa confirmaron que se trató de un hormiguero formado entre las paredes que luego se fueron muriendo por el calor de los calefactores.
En tanto, se descubrieron otras fallas edilicias que serán reparadas por los técnicos enviados por la Provincia.