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A casi dos meses de la desaparición de María Eugenia Cadamuro, su hija Guadalupe Sanz habló en Radio Jesús María. En la entrevista se refirió a la investigación, lo ocurrido el 15 de marzo y la detención de su hermano Jeremías.
EL DIA DE L
A DESAPARICIÓN
Desde hace unas semanas Guadalupe Sanz tiene acceso al sumario donde se detalla el proceso investigativo de la búsqueda de María Eugenia: «Se estuvo trabajando para encausar y direccionar esto a que mi hermano tiene algo que ver. Pienso que no hay pruebas suficientes, esa es mi sensación, cada uno tiene su perspectiva. El sumario está construido de dichos de dichos».
Para la hermana de Jeremías los investigadores se guían solo por una pista: «Siento que la prueba más fehaciente que tienen son llamadas de mi mamá y otra de mi hermano, que justo coinciden en que las agarran la misma antena. Eso no quiere decir que los agarre (la señal) en el mismo lugar (…) obviamente que se va a investigar y trabajar sobre esta prueba.»
Sobre lo sucedido el 15 de marzo, Guadalupe brinda detalles de las horas previas a la desaparición: «Mi hermano cuando sale de la oficina, creo, va a hacer un par de cosas, y pasa por lo de mi vieja a fumarse un pucho, tenían que hablar una cosa de unas curvas de nivelación del campo (…) se fuman un pucho y se va a hacer un par de cosas y de ahí a su casa en Sinsacate.»
Guadalupe describe lo ya conocido, Maru le habla una de las amigas y le dice que va a ir más tarde que lo pautado a un asado. A las 8.20 la mujer se comunica con su amiga y -expresa Gudalupe- le dice:
«`Se me complicó con el trabajo de Ana Ponce` (…) lo raro es que no tenía que hacer ningún trabajo de Ana Ponce (…) ¿Por qué ella dice ´se me complicó con Ana Ponce`? ¿A dónde se fue, con quien se fue? Eso es lo que yo pienso que no se investiga.»
La hija de María Eugenia explica que no conoce si la mujer desaparecida tenía conflictos con alguna persona en particular. Argumenta que la distancia las llevó a desconocer mutuamente muchas de las relaciones y vínculos que tenían:
«A veces no valoramos estar constantemente cerca, el saber del otro constantemente, pelearnos y arreglarnos ahí nomás, eso a veces me da bronca y que hay tantos vacíos, quiero seguir buscando a mi mamá (…) siento que hay cosas que tienen que saltar.», señala Guadalupe.
LA IMPUTACIÓN DE JEREMÍAS
«Fue un golpazo al alma, digo `¿Qué pasa? ¿por qué dudar de mi hermano?´ Todo se te vuelve absolutamente oscuro y no encontrás respuesta a lo que hay detrás de esto», señala la hermana del único detenido en la causa que investiga la desaparición de «Maru» Cadamuro
Sobre las supuestas amenazas de Jeremías a su madre, considera que «son dichos de dichos».
«No me entra en el alma que mi hermano la haya amenazado a mi mamá, tampoco quiero entrar a culpar a otro que dijo que mi hermano la amenazaba, eso estará en la consciencia del que lo dijo», Guadalupe agrega que durante este último tiempo el joven detenido «tenía una buena relación» con su madre.
«Estoy seguro de él, siempre lo estuve y él está seguro de sí mismo. Lo miro a los ojos y sé que es inocente, no me hace falta más, lo siento en mi alma, nos amamos de una manera que no puedo explicar en palabras. Hay que seguir buscando a mi vieja, hay que saber que paso de verdad», sentencia Guadalupe.
«ESPERO PODER SEGUIR DISFRUTANDOLA»
Emprendedora e inquieta, así define Guadalupe Sanz a su mamá. «Espero poder seguir disfrutándola, no puedo imaginarme que ella ya no está, todo está pasando de una manera que uno no puede creer en que mi mamá ya no puede estar», expresa entre lágrimas la entrevistada.
La joven describe a su madre destacando su fuerte carácter.
«Con los novios siempre fue muy intensa, tuvo buenas y malas relaciones, muy dramáticas.» Sanz puntualiza en episodios «muy feos» con la pareja que María Eugenia tuvo en Buenos Aires.
Guadalupe rememora la partida de Maru a Los Estados Unidos: «(Maru) Estaba contenta (…) fui a visitarla dos meses». Allí conoció a Pedro García: «Por lo que viví con él y por lo que siento es un hombre bueno». Sobre el casamiento entre García y Cadamuro, saca una conclusión directa: «Se casó básicamente por los papeles».
Al tiempo que María Eugenia Cadamuro y su hija se mudaban a Buenos Aires y ocurría el posterior viaje de su madre a los Estados Unidos, Jeremías permaneció en nuestra zona: «Como cualquier hijo le debe haber afectado un poco (…) pero prefirió quedarse acá.»
Su hermana explica que Jeremías «tiene ese sueño», el de ser productor porcino: «¿Mi mamá como le iba a romper el sueño?», reflexiona Guadalupe.
A dos meses de la desaparición de María Eugenia Cadamuro, su hija concluye con esperanza de una pronta resolución: «En algún lado ella está y nos iluminará para que todo se aclare.»