Vicente Agüero con y sin malla anti granizo. Diferencias importantes
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Las frías estadísticas no contemplan la desazón de las familias que han visto cómo en minutos, se perdía la cosecha trabajada durante todo un año.
Dos días después del granizo que azotó parte de Jesús María, Colonia Caroya y una franja de Vicente Agüero, fuimos a esta última comunidad ubicada a unos pocos kilómetros de Avenida San Martín y dedicada en un 90 % a la actividad rural.
Estrella Cadamuro nos recibió con la ropa de trabajo, es que junto a su esposo Walter Giacoletti, tres empleados y ayuda familiar estaban juntando lo que quedó de una plantación de 100 platas de durazno “ creemos que se ha perdido al menos un 70%” dice Walter mientras tira por el suelo los duraznos marcados por la piedra.
Estrella y Walter ya han padecido otras granizadas, la del año pasado que rompió una hectárea de una plantación joven y debieron cortarlas al ras para no perderlas del todo.
Junto con el padre de Walter hace unos años invirtieron en malla anti granizo, un recurso efectivo pero muy costoso. Pudieron cubrir sólo tres hectáreas de las siete productivas que posee la familia.
El último presupuesto solicitado a principios de año arroja una suma más que importante, se necesitan casi $300.000,00 (Tres cientos mil pesos) por hectárea para proteger la producción.
El beneficio es alto, bajo la malla los duraznos de variedades tardías gozan de excelente salud. No los tocó ni un granizo.
La cobertura colocada se hizo con un subsidio de la Nación y un crédito del Banco Córdoba más recursos propios, y si bien las entidades ofrecen posibilidades los intereses son abultados por lo que la intervención del Estado es fundamental.
Estrella asistió este miércoles a una reunión con técnicos de la provincia de Córdoba, citada por el intendente de Colonia Caroya Gustavo Brandán pudo declarar sus pérdidas con el ánimo de ser alcanzada por las exenciones impositivas provinciales y quizás también locales.
Sin embargo el daño va mas allá de estas ayudas “ hay mucha tristeza no sólo en nosotros que vivimos de esto sino también en los empleados que esperan el momento de la cosecha”, dice Estrella. Se ha perdido más que un fruto, hay plantas tan golpeadas que tendrán que sacrificar y más allá de orar por que no les toque de nuevo, aseguran que harán lo posible para cubrir con la protección plástica el resto de sus plantaciones.