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«La Eva» de Barrio Güemes: «Uno puede dar sin tener»

Tiene 68 años pero vive en "El Güemes" hace 40. Allí crió a sus 8 hijos y consolidó su matrimonio junto a "El Baby". Desde muy jovencita dio la copa de leche en el dispensario, brindó talleres de repostería y está dispuesta a abrir un merendero en breve. Mañana desde las 7.30 horas las puertas de su casa estarán abiertas para todo el que quiera ayudar a amasar facturas para la fiesta del Día del Niño del domingo.
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María Eva Oroná nació un 15 de Mayo de 1948 en la localidad cordobesa de Villa de María del Río Seco, poblado ubicado a unos 22 kilómetros de Ojo de Agua, Santiago del Estero, la tercera de diez hermanos e hija de la santiagueña Juana Oroná y Anselmo Ulla, oriundo de Río seco.

< p> Ya siendo una adolescente, su familia eligió la ciudad de Jesús María para vivir. Los años pasaron y Eva forjó su propia familia junto a Reynaldo Héctor «El Baby» Enríquez, de oficio albañil, quien ha sabido dejar innumerables obras hechas con sus manos en cada rincón de Barrio Güemes.

«El Baby» y «La Eva» contrajeron matrimonio un 28 de Junio de 1967, por lo cual en 2017 estarán celebrando cincuenta años de casados, edad coincidente con la cantidad de años de su primer hijo, Néstor, por lo cual la celebración será doble.

«Soy una mujer que tiene ocho hijos, casada con un hombre que siempre me apoyó y que me sigue apoyando», dice Eva, al referirse a sí misma: «yo he sido del norte, mis padres han sido de Río Seco pero mi adolescencia ya la hice acá, en Jesús María. Siempre fuimos una familia muy humilde, como que siempre faltaba algo», cuenta.

La, además, abuela de once nietos, no agota sus lágrimas al hablar de su familia: «he aprendido a estar muy cerca de mis hijos, no sé si tanto lo que debería estar pero he tratado siempre de estar para lo que a ellos les hacía falta», dice, en palabras entrecortadas por el cariño hecho lágrimas.

Eva y su familia, hace cuarenta años que habitan Barrio Güemes, lugar que describe de manera muy simple: «Acá es mi casa», dice, al referirse a su lugar en el mundo: » La gente del barrio me recibió muy bien (…) pasé cosas muy tristes pero a la vez cosas muy lindas y siempre la gente del barrio estuvo al lado mío (…) siento que debo algo a la sociedad «, cuenta.

«Agradecer, de alguna forma tengo que agradecer», repite Eva, incapaz de quitarle la dulzura a sus palabras, recordando a aquellas monjas pasionistas que, según dice, le brindaron la enseñanza más grande en su vida: «uno puede dar sin tener».

«No me sobraba -lo material – pero sí podía dar mi tiempo», dice Eva, en un momento de reflexión e inocente transmisión de bondad, al tiempo que enumera todas las cosas lindas que se lograron hacer en el barrio: la copa de leche en el dispensario, los juguetes para el Día del Niño, el pesebre y el pan dulce en Navidad.

El Legado de la solidaridad

Eva confesó que no puede vivir sin dar y su actitud es tan contagiosa que a la feliz idea de abrir un Merendero para el Barrio, ya hay brazos solidarios que se sumaron: «Hace un tiempo viene un chico, ex patrón de mi hija, que hace carreras de maratón y pide leche que le donen, entonces me la trae a mí», cuenta.

«Ya tengo varios kilos así que voy a empezar a hacer. Las primeras veces van a estar paraditos los niños, al lado del tablón. Lo quiero empezar para que no se alargue tanto la espera», dice Eva, entusiasmada con su nuevo proyecto social.

«Lo quiero mucho a mi barrio. Por ahí siento que me lo discriminan y no estoy conforme con eso. La sociedad a veces es medio dura con la gente porque creemos que se es así ‘porque vive en ese barrio’. No, lo tengo por seguro porque he criado ocho hijos acá. Y a los niños pienso que hay que darles cariños y demostrarles que uno se preocupa por ellos», reflexiona Eva.

DÍA DEL NIÑO | ¿Vos también querés ayudar? ¡Vení!

«Mi casa es abierta para el que quiera llegarse. El que no sabe, aprender, sino se llega a estar, tomar un mate o conversar, es bien recibido», dice Eva al ser consultada sobre los preparativos para la Fiesta del Día del Niño, a realizarse en el Barrio, el domingo 28 desde las 15 horas.

Es que este sábado 27, desde las 7.30 de la mañana, vecinos, amigos, brazos anónimos pero sin dudas solidarios, se darán cita en casa de La Eva, para amasar las facturas para el evento del domingo.

«Tengo mis vecinas, mujeres del barrio. Nos reunimos las mujeres pero cuando nos ponemos a trabajar también están los hombres, los hijos, las hijas», cuenta Eva, orgullosa de la gente de «su lugar».

La Fiesta del Día del Niño de Barrio Güemes se hace «a pulmón», por los propios vecinos, hace ya cuatro años: «yo trato de que sea algo más abierto, más de comunidad, que no haya política, que sea abierto a todo el que se quiera arrimar», abre la jugada Eva, en una invitación imposible de rechazar, pues viene de la mano de la mujer que en este día de la Solidariadad, se convirtió en La Historia de la Semana.

Doble cita

Amasar: Sábado 27 de Agosto desde las 7.30 de la mañana hasta pasaditas las 14.30, en la casa de La Eva: calle Güemes 931, Barrio Güemes, Jesús María.

Festejo Día del Niño: Domingo 28 de Agosto, desde las 15 horas, en las calles de Barrio Güemes.