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La producción ovina demuestra ser más rentable que la oleaginosa de exportación e inclusive contribuye más a la cadena de valor dentro del país. Foto Mundo Agro

La producción ovina se extiende por el norte de Córdoba. Gerardo Colombano nos explica alguna de las ventajas de esta actividad, su potencial asociativo y el valor agregado que genera en el mercado interno nacional.
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Los productores ovinos destacan que el suyo es un negocio rentable, inclusive más rentable que la producción de la soja de exportación. También están orgullosos de contribuir con su trabajo a toda una cadena de valor agregado donde el cuero, la tripa, la lana y la carne del animal generan más trabajo tranquera afuera.

«La eficiencia es la clave», señala Gerardo Colombano, titular de la Cámara de Productores Ovinos.

Poco a poco la carne de cordero gana espacio en el consumidor argentino:

«La gente estaba acostumbrada a comer cordero asado (…) hoy gracias a la difusión mucha gente come estofado, milanesa de cordero, pone esta carne en el plato de cada día.», señala Colombano.

Nuestro país cuenta al día de hoy con una demanda insatisfecha, y hoy en día los productores tienen claro que la meta es saciar el mercado interno antes que exportar el producto:

«Hay un mercado de exportación bárbaro pero el objetivo primordial es saciar le consumo interno.»

La carne ovina demostró ser sana, debido a la inexistente producción masiva, al estilo feedlot.

LAS ECUACIONES DE RENTABILIDAD

Mientras la oleaginosa de exportación o la actividad ganadera vacuna puede generar de 9 a 10 mil pesos por hectárea, los ovinos duplican esa generación alcanzando los 20.000 pesos por cada hectárea.