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El matriarcado de Carmen Catalán, la trastatarabuela del norte cordobés

Se trata de Doña Carmen Catalán, de 95 años de edad. En la imagen, posa orgullosa al lado de su hija, nieta, bisnieta, tataranieta y chozna, Maité, una pequeña de dos años de vida. Carmen, hija de españoles, trabajó toda su vida como jornalera en estancias de San Pedro Norte, junto a su marido, lugar donde nació y se crió. Hoy, su nieta, Rita, nos cuenta su historia.
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Carmen Catalán tiene 95 años, nació un 16 de Febrero del año 1921 en la localidad cordobesa de San Pedro Norte, donde forjó una vida laboriosa, trabajando de jornalera en una estancia de la zona. Su legado fue el trabajo rural, estando ella a cargo del ganado caprino y la siembra con arado.

«Mi abuela, Carmen Catalán, es oriunda de San Pedro Norte y luego se vino a esta zona de San Francisco del Chañar, donde se casa con mi abuelo. Se van a una estancia de campo en el norte, hacen su vida, tienen sus hijos, se jubilan y se viene a San Francisco del Chañar», cuenta Rita, su nieta.

Con los años logró formar una familia y convertirse en una matriarca, de las muchas que hay en el terreno norte cordobés: en la vida dio a luz tres hijas y un hijo, quienes lograron convertirla en múltiple abuela.

«Después de ella surgen cinco generaciones- en vida actualmente – . Si me pongo a contar los nietos, deben ser como treinta. Y bisnieto son como quince. Y ‘tatara – tataranieta (propiamente dicho sería ‘chozna’) una: Maité».

Carmen Catalán es madre de Genoveva Barrera; abuela de Rita Martínez; bisabuela de Paola Orona; tataraabuela de Agustina Chávez Burela; y trastatarabuela de la pequeña Maite Chavez Burela.

«La vida de ella fue muy linda, es una mujer muy luchadora, muy trabajadora y siempre a la par de mi abuelo hasta que él fallece – hace cinco años atrás – y se queda solita. Se vino un poco abajo, está en cama, no se levanta, pero era una mujer que no estaba quieta nunca, una madraza, realmente admirable», relata Rita, orgullosa de la matriarca «catalana» que hoy es la historia de la semana.

Rita cuenta que Carmen lleva una vida sana: nunca fumó ni tomó y su alimento estaba en base a comidas caseras: «recuerdo las comidas que hacía: el locro, las empanadas, la carnes caprina, (…) la mazamorra, el arroz con leche. Esas cosas me quedaron en el recuerdo» recuerda, emocionada, la nieta de la matriarca del norte cordobés.